Nuestra vegetación: La encina

Nuestra vegetación: La encina
03Nov2022
Entorno Nuestra vegetación: La encina

Ciudalcampo se caracteriza por su emplazamiento, cercano a la naturaleza. Vive calidad de vida de ciudad sin renunciar a respirar aire fresco. La Urbanización de Ciudalcampo se situa dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, ubicada en los municipios de San Sebastián de los Reyes y Colmenar Viejo.

La encina es el árbol por excelencia que forma nuestro entorno natural. Es un árbol característicamente español, de hecho, se conoce como el árbol de Don Quijote, ya que es muy mencionada en la obra de Miguel de Cervantes. Pertenece a la familia de las fagáceas y popularmente se conoce como carrasca, chaparra o chaparro. Cuenta con una gran copa, con forma redondeada, que lo convierten en un árbol ideal para dar sombra.

La encina puede llegar a alcanzar los 25 metros de altura. En sus ramificaciones, crecen unas vistosas flores unisexuales de color verde amarillento y hojas perennes, es decir, se mantienen durante todo el año.

El tronco de la encina es ancho y grueso, tiene la corteza agrietada de color grisáceo. La floración de la encina se produce entre los meses de marzo a mayo, pero si la temperatura alcanza los 20ºC puede llegar hasta junio o julio. Una de las curiosidades de este árbol es que conviven ambos sexos en sus flores. Su reproducción suele ser por semilla, a través del cultivo, o por los brotes de la raíz, que se adapta fácilmente a cualquier tipo de suelo.

El fruto de la encina es la bellota. Se trata de un fruto seco, con una sola semilla que suele recolectarse durante los meses de octubre a diciembre. Sin embargo, este árbol da sus frutos a los 15 o 20 años de vida. La encina también es preciada por su madera. Es dura y muy resistente, por lo que se emplea en construcción y carpintería.

En España, se calcula que la encina ocupe cerca de los tres millones de hectáreas repartidos por todo el país. Es el árbol más característico del clima mediterráneo y suele asentarse sobre suelos frescos o secos de hasta 1.400 metros de altitud. Además es resistente a la sequía, la contaminación y las temperaturas extremas.

Nuestra vegetación: La encina

La bellota, el fruto de la encina

Las encinas suelen mantenerse en dehesas y su fruto suele servir como alimento para el ganado. En especial para los jabalíes.

Gracias a la encina y a las ideas del pueblos antiguos sobre este árbol, el cuál pensaban que tenía condición sagrada nace el refrán «tocar madera»; como símbolo de atraer a la suerte y mantra para repeler lo malo. En particular, la encina era un árbol muy venerado por ser el hogar de la diosa Epona.

La Encina

Encina situada en el chalet de la comunidad

Al igual que otros árboles, una de sus características esenciales es su contribución a la lucha contra el cambio climático. La encina absorbe dióxido de carbono y produce oxígeno. A pesar de no ser uno de los árboles que más CO2 capturan, la encina adulta puede capturar unas cinco toneladas de CO2 al año.

La encina es uno de los árboles más presente en nuestras plantaciones no solo por su función compensadora de CO2, sino también por ser una especie autóctona de muchas de las zonas, como es el caso de Ciudalcampo, cuya vegetación se compone principalmente de encinas. De ahí también la presencia de nuestros queridos vecinos los jabalíes.

Existen dos tipos de encinas:

  • Quercus ilex L. subsp. Conocida propiamente como encina, es la variedad litoral, y se sitúa desde el nivel del mar hasta por encima de los 1.500 metros. Es más vertical y con hojas y copa más alargadas.
  • Quercus ilex L. subsp. ballota (o rotundifolia). Conocida propiamente como carrasca, se trata de la variedad más continental. Tiene menor altura y la copa y hojas son más redondeada.

Las encinas Quercus Ilex se encuentran en su mayoría más cerca a las zonas cercanas al mar Mediterráneo y al norte hacia Los Alpes. Por el contrario, las encinas Quercus Ilex rotundifolia son más frecuentes en el resto de la península, es decir, en la zona central llana y sur este continental. Estas últimas son las que forman el entorno natural de Ciudalcampo.

En España hay tres comunidades autónomas cuyos terrenos resultan inapropiados para el crecimiento de cualquiera de los dos tipos de encina: Galicia, Murcia, Alicante y las Islas Canarias, ya que son zonas demasiado húmedas para esta especie.

Nuestra vegetación: La Encina

Encinas en los campos de golf de la Urbanización

Nuestra vegetación: La encina

Fotografía de nuestro: campo de golf

La encina

Restaurante en el Complejo Deportivo del RACE